Cuando pesaba 50 kilos y usaba la talla 36 se me veía mucho más que ahora que peso 62 kilos y uso la talla 42.
Me estoy volviendo transparente y apenas se me ve
Si me gusta tanto dormir, ¿por qué me da tanto miedo morir?
Como algún día tenía que ser, ha tocado hoy, ahí va:
Las contracciones comenzaron un sábado de madrugada me despertaban, yo me dormía y ellas me volvían a despertar. Cuando por fin consiguieron espabilarme a eso de las siete de la mañana, desaparecieron me indigne. Por la tarde el domingo intenté dormir un poco de siesta, y claro está, volvieron las contracciones, estas ya no eran molestas, eran dolorosas.
A eso de las doce, me duche y nos fuimos a la clínica. Llegamos a la una o las dos de la madrugada, con contracciones cada cuatro o cinco minutos y ahora ya sí, me producían un dolor terrible en la espalda, que iba en aumento. La matrona que me tocó en suerte, me dijo que no estaba de parto, que los partos duelen delante y no detrás, que me habría sentado mal la cena sin comentarios. Tentada estuvo de mandarme para casita, pero tenía yo tan mala cara y al Sr. X. tan mala que optó por un Valium, una tila y una orden: que no me levantase de la cama hasta la mañana siguiente. De paso asusto al Sr. X, le dijo que si no hacíamos ahora lo que nos decía cuando estuviese realmente de parto iba a estar tan cansada que tendríamos problemas el bebe y yo. Al Sr. X se le pusieron de corbata. Me arrepiento de haberme tomado lo que me dio esa bruja, pero es que estaba tan rota que no podía ni oponerme, quien me conoce sabe que no soy quejica que para que yo diga que me duele algo me tiene que doler mucho. No pegue ojo en toda la noche, mi instinto era arquear la espalda en cada contracción, y lo intentaba, pero el Sr. X me decía que tumbase vamos que en otra así no me pillan. Muy amablemente Carina ya me ha explicado lo que hay que hacer para aliviar el dolor en estos casos.
A las siete de la mañana llegó el milagro del cambio de turno, yo tenía ya cuatro centímetros de dilatación. Me bajaron al paritorio, y protocolo tras protocolo, enema, rasurado, monitores (externos uff menos mal) y lo más fastidioso de todo el goteo. Con un hilillo de voz pregunté si llevaba algo y me dijeron que no, que suero limpito llegó el anestesista, yo en aquel momento ya no sabía si quería anestesia o no la quería, era un chico joven y amable, me dijo que me iba a dar primero un pequeño pinchazo y después me colocaría el catéter, que primero me pondría un poquito de anestesia y si necesitaba más luego me pondría otra dosis fue el único que me informó de todo lo que iba a hacer y como lo iba a hacer, se lo agradezco. La epidural me alivió, me alivió mucho aquel dolor. Pero cuando al ratito me preguntaron si quería más les dije que no que prefería sentir las ganas de empujar sin interferencias.
En algún momento me colocaron la oxitocina y no entiendo por qué fue todo tan rápido, que al Sr. X que le habían mandado a tomarse un café mientras me anestesiaban casi no le da tiempo a llegar. La doctora y la matrona me decían que lo estaba haciendo muy bien, que no parecía mi primer parto, que la niña ya casi estaba el expulsivo no duró ni media hora pero que todo fuese tan bien no me libro de la episiotomía
El toque gore apareció en el techo. Por la postura (inadecuada) en la que te ponen, se mira bastante al techo, parecía recién pintado no recuerdo el color, cuando mire hacía arriba mientras me cosían note que acabábamos de redecorarlo con un graffiti abstracto de color rojo sangre.
Oí al fondo: todo bien dos kilos novecientos nos la llevamos la matrona consiguió interceptar al pediatra y me puso a mi niña en mis brazos no puede saber esa mujer (recordemos que había cambiado el turno y no era la bruja de por la noche) cuanto se lo agradezco, me la dejaron cinco minutos y se la llevaron no me la devolvieron hasta que pasaron dos horas.
Y como gracias a Dios y al cielo yo había leído mucho sobre el tema la lactancia materna ha sido un éxito, que si llega a ser por las enfermeras pero bueno esa es otra historia.
Mi parto para todo el mundo fue un parto estupendo, rapidito, la niña preciosa y a mi me dieron pocos puntos. Así son los partos perfectos en España... yo para el próximo me apuntare a uno más imperfecto más natural a ver si lo consigo.
Os dejo algo de lectura :
Le he preguntado a mi madre que cuando los hijos empiezan a hacer compañía. Me ha contestado que cuando te hacen abuela.
Has perdido todos tus "soldaditos".
You have lost all your "little soldiers".
La noche del viernes al sábado hacía muchísimo calor, la humedad relativa era del 99% y a pesar del kill-paff unos veinte o treinta mosquitos hicieron blanco en su objetivo: Doña Fatalidad. Duermo entre la cunita de Candela y el Sr. X. Los atacantes tenían forzosamente que esquivar otros objetivos para llegar a mí, pero eso no les desanimo. Por supuesto no quiero que a mi niña me la toquen los bichos, pero repartir con el Sr. X. no lo veo mal. Al fin y al cabo estamos casados en gananciales ¿no?
Por la mañana, haciendo la cama, miro hacia el suelo y veo una mancha roja, y pienso: ¡Que raro! Me he rascado un par de picaduras hasta hacerme sangre, pero no como para salpicar. Me voy al otro lado estiro la sabana vuelvo, y en lugar de una mancha de sangre veo tres y digo: esto no puede ser, me fijo y en lugar de tres veo siete. Me pongo la gorra de C.S.I. y cojo la lupa, en cada mancha de sangre se podían contar entre cuatro y seis patas, una trompeta y un par de alas. Los resultados de ADN del laboratorio confirmarán que toda aquella sangre era mía.