Ya no me cambio el color de las uñas todos los días
Ya no uso esmaltes en tonos poco convencionales
Ya no voy a festivales
Ya no voy a 3 conciertos cada semana (ni cada año)
Ya no uso horquillitas por todo el pelo
Ya no me pongo mis adidas gacelle
Ya no me pongo mis Dr. Martens con minifaldas (ya no me pongo minifaldas ni Dr. Martens en absoluto)
Ya no me tiño el pelo
Ya no digo que hablo con los muertos
Ya no cambio cada semana el mensaje mi buzón de voz
Ya no quemo nada los domingos por la tarde con sol
Ya no adivino el futuro
Ya no registro nicks compulsivamente
Ya no chateo
Ya no escucho radio tres
Ya no escucho el larguero
Ya no se citar sin respirar 100 grupos que tu nunca has oído nombrar
Ya no todas mis contraseñas incluyen 091
Ya no escribo todas las dedicatorias con estrofas de Lapido
Ya no visto casi nunca de negro
Pasan los meses y cada día conduzco peor, sigo más asustada que una rata. El tiempo ha refrescado pero llego a mi puesto de trabajo (a mi asiento de funcionaria) empapada en sudor, con taquicardia y más colorada que un pimiento rojo. Después de haber recorrido la friolera de novecientos metros.
Y sé que soy torpe, pero ¿tanto?.
Ayer nos tocaba revisión. Nos duchamos, nos pusimos guapas y se puso a llover La lluvia en Málaga es tóxica. Lo peor que te puede pasar aquí, es que una tarde tormentosa te olvides las gafas de sol. Yo solo tengo dos ojos y los aprecio bastante, si me empapo, me empapé, incluso recién salida de la peluquería. Pero si me sacan un ojo, eso ya es otro cantar Los ponferradinos con los paraguas nos damos otra maña.
En lugar de llegar hora y media antes, llegamos con solo media hora de margen, y mejor así por que el Sr. X. ya se puso bastante nervioso con dos horas de espera, no creo que hubiese podido con tres. Candela por primera vez en los últimos 50 días dejo de dar patadas, debió pensar que en lugar de una ecografía era una sesión fotográfica. O quería dejar mal a su madre que llevaba presumiendo de niña karateca los mismos 50 días.
Todo bien, excepto un comentario No te preocupes mujer, pero si para el parto aun falta muchísimo
Pues según mis cuentas no falta tanto, 78 días, que comparados con los 202 que ya he pasado, pues que queréis que os diga, un 27% del embarazo, eso es lo que me falta para el parto.
Mataría, mataría por una Piraat, y por un cigarrito y por estar apoyada en la barra de un bar. Y cuando digo una, quiero decir detrás de otra. Y por una tapa de ensaladilla, unos mejillones en escabeche encima de sus patatas fritas, un poquito de lomo y un trozo de pan. Y otra Piraat. Y dormir la siesta toda la tarde.
Pero no.
Una de mis canciones preferidas:
EL DIOS DE LA LUZ ELÉCTRICA
Siempre creí que el cielo era el nombre de un bar
con música para bailar y sillones de terciopelo;
intento unir el mito y la verdad con pegamento
y tú me traes ungüentos para hacerme inmortal.
De cobre son los hilos que transmiten confusión
y bien ha de saber tu Dios que de cera son los cirios;
se ha parado el ascensor, ¿Es así el paraíso?
o ¿Es el capitalismo que nos nubla la visión?
Ando buscando al Dios de la luz eléctrica
si tú lo vieras ¿le podrías hablar de mí?
Ando buscando al Dios de la luz eléctrica
si tú lo vieras ¿le podrías hablar de mí?
Ya llego tarde al funeral, me he dormido ante el espejo
acaba de morir de viejo el nuevo orden mundial
sé que más tarde me dirás que todo ha sido un sueño
los relojes se harán queso si el tiempo se hace gas.
Ando buscando al Dios de la luz eléctrica
si tú lo vieras ¿le podrías hablar de mí?
Ando buscando al Dios de la luz eléctrica
si tú lo vieras ¿le podrías hablar de mí?
J.I. García Lapido
Creo que fue Pascal, y si no otro lo diría, por que la idea aunque me parezca mía, seguro que no lo es:
Hay pensamientos de ida y vuelta, pero también los hay que vienen y se van para no volver.
O algo así, que más o menos viene a decir, y este enunciado sí es mío:
Aunque en los bares haya tantas servilletas a mi siempre me ha gustado llevar una libreta.
Me pierden las papelerías no lo puedo evitar, cualquier excusa es buena para entrar, y desde luego yo no soy de las que sale con las manos vacías. El otro día sin ir más lejos, necesitaba un boli y un cuaderno para las clases de inglés. He pensado que es un buen momento para que Candela empiece con los idiomas, que de tanta utilidad le serán en su vida profesional. Aunque ya hace un par de meses que le pongo todos los días un ratito la CNN, para que se le vaya familiarizando el oído con la fonética inglesa, he pensado que no le vendrían mal unas clases de refuerzo.
Volvemos a la papelería, o mejor, primero vamos al cajero y después entramos en la papelería:
- Cuaderno grande naranja con un corazón rosa en el centro.
- Dos rotuladores de gel de punta fina, uno azul y otro negro
- Dos rotuladores de punta gruesa uno azul y otro negro
- Un portaminas con la carcasa rosa, que no negra (cierto Germán ya no soy la que era)
- Una cajita de minas
- Una goma de borrar con olor a frutas del bosque
- En estuche flexible de color fucsia con cremallera, para guardarlo todo, (el fucsia del estuche a juego con el corazón del cuaderno)
Cuando el Sr. X. llegó a casa y lo vio todo preparado para el día siguiente en el aparador de la entrada, le entró un ataque de risa Le explique que era para las dos, que no podíamos apañarnos con menos.
Volvamos a las libretas. Este verano se me antojo una moleskine, no puedo resistirme a las historias románticas. Se me antojó, pero no la pedí.
Aun así, el Sr. X. que también quiere mucho a su niña, cada día más, la madre empieza a ponerse celosa, por si las mancahas en la frente me ha regalado una. Se ha molestado en buscar la librería que las vende en Barcelona y ha pedido que se la enviasen por correo.
Es preciosa
de momento sólo la miro, la toco y la huelo, pero no me atrevo a escribir
Llevo tres semanas intentando decidir cuando y con que la estreno.
Perfeccionando mis conocimientos sobre cochecitos y sillitas tropecé con la siguiente oferta: ¡Tres en uno! silla de paseo + capazo homologado + silla de auto. Así que ayer por la tarde volví a sacar algo de ropa veraniega, me la puse y al corte inglés que son dos días Subo a la planta de bebes, me adentro en el departamento de cochecitos y empiezo a buscar el modelo en cuestión Yo nunca he sido un problema para ningún dependiente, una tía autosuficiente o tímida, da igual como queráis llamarlo. Sólo pregunto en caso de extrema necesidad. Después de 4 vueltas concluyo que el modelo que busco no parece estar en un lugar visible. Busco en el bolso el papel con la pagina web impresa, lo despliego y lo hago ondear en plan bandera blanca según me voy acercando al dependiente:
- Perdone, por favor ¿podría ver este carrito.?
- Es solo por Internet.
- No importa, pero, ¿podría verlo?.
Señala un grupo de unos 20 carritos,
- Es parecido a los de allí, pero solo con dos piezas
- Pero si aquí dice claramente ¡Tres en uno!
- Pues serán tres
Se da la vuelta y me deja allí plantada. Suerte que una tiene un marido abogado que redacta como los ángeles, y que se motiva especialmente cuando se trata de quejas y reclamaciones. Así que el director de atención al cliente se va a encontrar esta mañana con un maravilloso sobre de papel verjurado color crema con el membrete del
Sr. X.
Por no dar la tarde por perdida decido acercarme a PRENATAL en busca de la bañera-cambiador-mueble
..
(Imprescindibles haber visto la foto del artefacto) Bien, me acerco a dos dependientas:
- Perdonen, por favor ¿los estantes de aquella bañera son móviles?
- No
- Bien, es que estoy interesada en una parecida, pero que pudiese colocar encima del bidé
(Esto es un capricho excéntrico por que en el baño siempre sobra espacio)
- ¿No tienes el catalogo?
- Sí, tengo el catalogo
- Pues en el catalogo viene todo
Se dan la vuelta y siguen charlando. Lógicamente salí de la tienda asustada, alguien se estaba dedicando a lobotomizar los cerebros de la zona así que baje las escaleras del establecimiento despavorida y no deje de correr hasta que llegue a calle Larios.
Me paro un momento y reflexiono, hoy no es el día del cochecito, ni tampoco el de la bañera voy a probar a ver si es el día de la cunita
LAS OCAS, decoración y moda infantil C/Larios Nº 4 1º
Según entro, veo que la dependienta es rubia, desconfío
sin motivo. El trato es excepcional, atento pero no agobiante. Salgo de allí con menos dudas, una sonrisa, la cunita y la cómoda a juego.
Hace unos años, cuatro o cinco, cuando mi vida se parecía demasiado a la de un personaje de Marian Keyes, probé con la terapia transpersonal. La dejé al poco tiempo por que era demasiado cara como para resultar entretenida. Ni se me había pasado por la imaginación que de aquella inversión fallida, de tiempo y dinero, pudiese sacar nunca ningún provecho y mira tú por donde ayer las clases de preparación al parto me quitaron la razón. Una parte fundamental de la terapia transpersonal es la respiración, y ese tema aunque no llegue a dominarlo si que lo mejoré de forma notable, incluso a juicio del terapeuta. Respiro sin problemas superficial y profundamente, y hasta con distintos ritmos si es necesario.
La parte gimnástica fue todavía mejor. Nada que ver con los tiempos del instituto, cuando los profesores de educación física ensuciaban mi precioso expediente con un BIEN piadoso, los muy cagones no se atrevían a ponerme un INSUFICIENTE, ni siquiera un SUFICIENTE, Y allí se quedaba el pobre BIEN plantado entre ocho SOBRESALIENTES ALTIVOS. Fueron aquellas notas bajitas las que me encadenaron a los gimnasios. Ahora con más de treinta años, me han cambiado de batallón, ya no estoy en el de las torpes, ningún problema para estirar así las piernas o para arquear asa la espalda.
No importa las horas que me haya costado dominar mis movimientos, no se notan, nadie lo sabe. Como tampoco nadie sabe lo que me esta costando dominar mi nuevo centro de gravedad. De momento me defiendo malamente con movimientos de tentetieso pero me temo que dentro de poco os escribiré con los morros reventados, ¡Dios no lo quiera!.
Pero a lo que íbamos, que me despisto. Ayer estaba crecida, y por más que me había repetido, tú cierra la boca, tu vas allí a escuchar, que ya le hemos caído en desgracia a gente suficiente para dos vidas. Nada no hubo forma no me calle
La sensación de redicha y de empollona repelente volvió después de dieciséis años haciéndose las americas. Y salí a la calle y diluviaba. Me sentí tan bien
Me alegra comunicaros que mi blog goza de buen estado de salud. Solo hemos de lamentar su amnesia. Y que un par de pajarracos no me hayan escrito un triste correo para comunicármelo, menos mal que me ha dado por probar.
Lo de pajarracos, por supuesto, con todo mi cariño.
Estoy cansada, y no por que Candela este cada día más grande, y sus patadas sean cada vez más fuertes, ni por que haya descubierto donde están mis riñones y se dedique a hacérmelos mosto
Estaba cansada antes.
Estoy intentando recordar cuando empecé a sentirme así, y no voy a engañaros, no lo recuerdo. ¿En algún momento en la década de los noventa?
Haciendo un esfuerzo quizás pueda precisar un poco más
Sí
, creo que estoy cansada desde que no tengo ideas
No puedo echarle la culpa a nadie, no me las robaron, se me cayeron, un día con buena temperatura para embestir muros
Me abrí la cabeza y ellas raudas prefirieron esparcirse por el suelo, ¡Que se le va a hacer!.
Aunque no tenga nada que expresar defiendo la libertad para hacerlo, aquí y en Roma, una, que es altruista.